Artículo divulgativo. Emplea y Emprende en Zonas Desfavorecidas de Linares con la Economía Social

En el marco del Proyecto ERACIS Plus publicamos una serie de artículos para visibilizar la importancia de las Redes y los necesarios enfoques transversales de Género y Sostenibilidad…

La primera inquietud que me surge es reflexionar sobre la necesidad de por qué es tan necesario incluir medidas transversales de promoción de la igualdad de género y la prevención de la violencia en los barrios, porque si se habla y comenta en redes que ya todo lo hemos conseguido las mujeres, ¿No se sobreentiende que ya no queda nada por hacer?

Así, ante esta cuestión, para mí la respuesta es NO porque, aunque se haya trabajado desde hace ya varios años por conseguir la igualdad por razones de género, seguimos asistiendo a situaciones de desigualdad y discriminación que se agudizan en los barrios en los que viven las personas más vulnerables, las mujeres más vulnerables.

Basta con leer un poco al respecto, y nos encontramos con datos que señalan que la desigualdad sigue siendo uno de los principales problemas sociales que afrontamos. Y la interseccionalidad, es decir, cada variable añadida a las mujeres genera aún más desigualdad, más discriminación y más violencia.

Algunos datos relevantes arrojan mucha luz sobre cómo aún hay mucho por hacer para alcanzar la ansiada igualdad. Es así que, la tasa de desempleo en las mujeres es del 13,36% y en el caso de los hombres es del 10,30%. Y si, es verdad que hay una diferencia de más de 3 puntos que a priori “no pareciera tan grave”, pero esta tasa arroja otros datos más graves, precariedad, excedencias para dedicarse a los cuidados de familiares, muchas horas de doble jornada, renuncias…Las mujeres que hacen uso de las excedencias ascienden al 78,6% (de las mujeres con empleo) frente al 21%& de los hombres que lo hacen, lo que resulta un ejemplo muy claro. Sigue recayendo en nosotras, las mujeres, el rol y las tareas de cuidado de las personas dependientes de la familia.

Hay otros datos aún más esclarecedores como los de Conciliación, que utilizan medidas en este sentido el 88% de las mujeres que trabajan, frente al 12% de los hombres. Y si nos vamos a la realización de las tareas domésticas, nos encontramos con que el 64% de las mujeres que viven en familia se hacen cargo, y muchas de ellas trabajando también en la calle, lo que conlleva a la realización de las 2 jornadas a la vez, produciendo cansancio, extenuación y problemas de salud emocional y física en las mujeres.

Como consecuencia de este sistema, que he descrito con bastante claridad, llegamos al culmen de la expresión de la desigualdad y es entonces cuando hablamos de la violencia de género. Y vemos con impotencia como mueren mujeres y niños y niñas en manos de maltratadores.

Es en este contexto que me remonto a la sociedad patriarcal, con valores machistas en la que actualmente vivimos, en la que hemos nacido, nos hemos criado y que, si no lo asumimos como una situación de partida no igualitaria, la seguiremos reproduciendo en las siguientes generaciones. Cambiar patrones de crianza y educación requiere un claro y decidido compromiso y una profunda reflexión sobre el cambio esencial que queremos generar para alguna vez alcanzar la igualdad real.

¿Qué significa vivir en igualdad real? Significa vivir en la naturalidad de ser quienes somos independientemente de nuestro género, o de lo que la sociedad considere bueno o no para nosotras por el mero hecho de ser mujeres. Significa alcanzar un bienestar no sólo personal, implica también el hogar, compartiendo espacios, responsabilidades y metas con independencia de nuestro género.

Nuestras organizaciones tienen el compromiso de promover la igualdad y el espacio necesario gracias a ERACIS+ para trabajar en las zonas más desfavorecidas, con las mujeres más vulnerables, y para luchar contra la feminización de muchos puestos de trabajo de base en los que sí tenemos presencia y en demasía, en promocionar el talento femenino y preparar el camino para que las mujeres ocupen puestos de responsabilidad; y también facilitar el camino para romper techos de cristal y suelos pegajosos luchando contra los obstáculos producto de la falta de conciliación.

Además, las mujeres que participamos en las Organizaciones tenemos la responsabilidad de ser referentes de transformación y transmisoras de cambio. Incluir este modelo inspirador en los proyectos que realizamos es esencial y hacerlo en ERACIS+ es un reto y un compromiso para los siguientes 4 años. Todo ello nos exige tomar conciencia, capacitarnos y formarnos, rebelarnos contra lo que el sistema nos «impone y da por bueno» y aprender herramientas y fórmulas para construir otro tipo de sociedad, donde nuestra voz y la de todas las mujeres sea oída, donde exista garantía de que suene con fuerza en el ámbito social, cultural y político y por fin deje de reducirse al ámbito privado.

No olvidemos que la interseccionalidad nos ataca con fuerza. Reunimos muchas variables que sumada a la discriminación por género nos hace más vulnerables. Ser de origen inmigrante, o pertenecer a una etnia, tener una discapacidad…agrava nuestra situación de desigualdad.

En ese escenario el apoyo y la fuerza de los lazos que se generan entre las mujeres que participan en este proyecto es la base para que la puesta en marcha de las medidas inclusivas sea cada vez más efectiva. No decaigamos un segundo, ni dudemos en ningún momento, que trabajar desde la educación y desde los principios de nuestro modelo nos ayudarán a avanzar en igualdad.

Artículo publicado por Ana Verona– Coordinadora Proyecto ERACIS+ para zonas desfavorecidas